Había cosas que no quería callar, pero igual lo hacia
No la quería lastimar con sus palabras, aunque ya sabíamos,
a quien mas le dolían , eran a el.
Estaba aplastando un sentimiento con otro
¿Sabes la pila de cosas que eso iba a formar?
¡Por dios! Que manera de sufrir cargando cosas por la vida
de aqui para allá, siempre la conciencia pesada, pero no por haber hecho daño a alguien
lo que mas le dolía era traicionarse a si mismo, de eso no había remedio.
O si lo había pero no era nada barato.
Entonces, que haremos? Se preguntaba a si mismo, como si estuviera partido a la mitad, como si la razón y el corazón no fueran uno. Los había separado.
La razón se encargaba de buscar siempre mas, de preguntar 'por que' hasta agotar las respuestas para luego volver a preguntar de manera diferente.
El corazón ahí andaba, escondido, a penas sobresalía. Es que, vamos a ser sinceros, no estaba donde quería, mejor dicho, no estaba donde sentía e inútilmente intentaba disfrutar siempre de cada cosa que la razón le brindaba, pero al intentar hacerlo la razón volvía a preguntar, a crear incógnitas difíciles para el corazón.
Acá estamos cómodos, decía la razón - Pero no podemos sentir en esta comodidad, replicaba el corazón.
Sabe que sin sentimiento la vida es muy aburrida, es un arroyo con apenas un poco de agua y para peor estaba estancada.
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